Si alguna vez te preguntaste sobre un indicador que señale el nivel de deuda que tu negocio está en la capacidad de asumir, o si te gustaría saber hasta donde es sostenible en el tiempo un compromiso crediticio. Pues bien, debes saber que ese indicador sí existe y se denomina ratio de endeudamiento del activo total.
¿Qué es la ratio de endeudamiento del activo total?
El ratio de endeudamiento divide el total de los pasivos por el total de los activos. Muestra la proporción de los activos que se financian con deuda. Por ejemplo, si el índice de endeudamiento es del 60%, entonces significa que el 60% de los activos se financian con deuda y el otro 40% con el dinero de los accionistas. Su fórmula es la siguiente:
Si este ratio es demasiado elevado, la empresa tiene un alto riesgo de no poder pagar su deuda y podría, incluso, terminar en la insolvencia. Pero, la situación contraria, es decir una proporción demasiado baja del indicador, tampoco significa una señal de bajo riesgo o de buena gestión. Es más, las empresas que no financian sus actividades con el dinero de los bancos y de los acreedores podrían no ser tan competitivas ni estar tan bien posicionadas en el mercado, a diferencia de las empresas que inyectan en su negocio más financiamiento externo.
Toda empresa tiene que encontrar su estructura de capital óptima en base a sus necesidades y las condiciones del mercado, los cuales pueden variar con el tiempo. El ratio de endeudamiento del activo total nos va a permitir saber que proporción de la actividad de la empresa (total activos) esta financiada por sus acreedores (pasivo total).
Por lo general, los accionistas de una empresa prefieren asumir solo una parte del riesgo total. Por esa razón, la plana gerencial de un negocio necesita determinar y aplicar el nivel correcto de endeudamiento.
Valores óptimos del ratio de endeudamiento del activo total
Como es habitual, los valores óptimos de los ratios, siempre dependen del sector y de la situación particular de cada empresa. Pero, los valores entre 40% y 60% se consideran, por lo general, como adecuados.
Si el valor fuera superior al 60%, la empresa podría estar sobreendeudada. Esta situación podría generar dos consecuencias indeseables, por un lado perder la autonomía en su administración o gestión, y por otro, la carga de elevados intereses por deuda. Por otra parte, si el ratio está por debajo del 40%, la empresa estaría usando un nivel muy elevado de recursos propios.
Importancia de una estructura de capital óptima
En base al nivel de endeudamiento de cada empresa, la coyuntura económica podría afectarles en mayor o menor medida. Una recesión, obviamente, afectará en mayor medida a las empresas que tienen alto endeudamiento.
Si una empresa financia demasiados activos con deuda, su ratio de endeudamiento será alta. Los acreedores ven a las empresas con mayores índices de endeudamiento como clientes de mayor riesgo, porque la compañía necesitará vender más de sus activos para pagar sus pasivos en liquidación.
Otro problema para las empresas podría venir cuando los resultados anuales sean malos. Si hay años donde las utilidades sean menores a las proyectadas, las empresas pueden reducir el dividendo e incluso suprimirlo. Pero el pago de las deudas no puede reducirse ni tampoco suspenderse.
Es importante señalar que cada caso es diferente y que los valores del ratio van a variar en función de cada negocio y, sobre todo, del mercado o sector en el que la empresa esté participando. Dicho esto, a algunas empresas les convendrá un coeficiente alto de endeudamiento, mientras que a otras les irá mejor con uno más bajo. Es una decisión que deberá tomarse con los datos financieros en la mano, entre ellos el indicador del ratio de endeudamiento.
Si por ejemplo, se trata de un negocio exitoso, un alto endeudamiento puede conllevar a un gran margen de beneficios y a una alta rentabilidad de los recursos propios. Sin embargo, no ocurrirá lo mismo cuando el negocio arroje pérdidas, toda vez que el grado impacto dependerá del nivel de inversión.